La baja inversión regional ha sido advertida desde diversas perspectivas y sectores productivos en Aysén. El desempleo constante y creciente en el ámbito de la construcción es un indicador crítico que no ha sido sopesado por las principales autoridades regionales, afectando a la mayoría de las personas en cada comunidad.
Los responsables de esta situación son las políticas y estrategias del gobierno central y las propuestas de inversión regional implementadas por la Gobernadora Regional en los últimos años. Más allá de explicar y lamentar la caída de casi un 10% del PIB regional y que somos la única región que no crece, es urgente implementar acciones para revertir esta baja histórica de la productividad regional, afectando el poder adquisitivo de las familias y su capacidad para cubrir sus necesidades diarias, como los alimentos.
Las falencias estructurales son claras y conocidas. Existen propuestas de gremios para modificar y renovar leyes de excepción. Estas medidas, junto a otras, deben combinarse en un camino común y consensuado para retomar el crecimiento y evitar el empobrecimiento actual, resultado de malas decisiones de años pasados.
El alza tarifaria eléctrica añade complejidad al escenario actual. No debemos perder tiempo; es esencial revertir la ausencia de liderazgo y generar nuevamente confianza en la comunidad regional.
Debemos recordar que un proyecto de desarrollo regional que no considere el empleo y la inversión está destinado al fracaso. Es fundamental enfocar nuestros esfuerzos en estas áreas para asegurar un futuro próspero y sostenible para nuestra región de Aysén.